domingo, 16 de mayo de 2010

Del Corazón, Tripas

Ya no hago el intento. No puedo hacer más corazones de los pedazos que quedan. Es mejor quedarse sin un corazón, que tener uno que funciona a medias, porque no le cabe más dolor. Por tanto, hago del corazón las tripas, para digerir esas situaciones amargas que nos llegan directamente como una pedrada al estómago. Ya no quiero más un corazón de tripas, porque me dedicaré a hacer tripas de mi corazón.

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