lunes, 27 de julio de 2009

Un poema

Leyendo una tarde, de esas en la que invade la melancolía, me encontré con un poema que hablaba de la vida. Ese poema nunca lo olvidaré, porque dentro de cada uno de sus versos me encontraba, y dentro de cada una de las estrofas me convencía, que la vida es más que una cadena con eslabones de años, que la vida es en sí misma una poesía.
Un poema me enseñó a ver lindo lo tosco, y apreciar en las cosas, más que su belleza, su valía. De vez en cuando leemos un poema, y él nos deja de su estructura la rima, pero dentro de esa composición de estrofas y versos, más que rima, hay amores, recuerdos, pétalos y espinas. Desde esa tarde en que leí ese poema, con asombro noté que en nuestra existencia, no importa la bella forma que tengan las cosas, si en lo profundo de tu alma no sientes su esencia.
Desde aquella tarde nublada y triste, de grises contrastes y de mirada sombría, me di cuenta que en un poema, encontraba una historia que desconocía. Es por eso que hoy cuando leo un poema, pienso profundamente en cada uno de sus versos, y me imagino a su autor dejando en él una gota de su sangre y un poco de su aliento.

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